6 feb 2009

``A VECES SOY UN MACHO Y A VECES UNA MINA´´


Vino a Buenos Aires a los 18 años. Fue cadete, promotor, modelo, hasta que en 1998 descubrió la actuación. Acepta que a veces lo miran como un bicho raro, pero él es caballero, delicado y elegante, y le gusta usar polleras.

Soy un tierno, y a veces un hijo de p…. A veces soy macho, y a veces una mina. A veces me considero egoísta, porque no quiero compartir mi vida con nadie. El año pasado terminé con una relación de tres años, y ahora estoy solo”, cuenta este hombre de 36 años, Ricardo Amigorena según su DNI, pero a quien, desde que nació, su mamá –profesora de inglés–, lo llama Michael, nombre que no le dejaron poner en el Registro Civil

“Mi papá se reía cuando me pintaba las uñas y me teñía de blanco con agua oxigenada. El sabía que para mí eso era un juego”. Además, yo fui criado por mujeres, por eso tengo desarrollada una gran parte femenina. No recuerdo cuándo fue la primera vez que usé una pollera, pero fue de grande. ¿Por qué lo hice? Porque me gusta provocar…

En el secundario me rateaba para escaparme a la morgue de la ciudad. En esa época sentía curiosidad por ver lo que tienen las personas adentro. Casi me convierto en médico forense”.

Soy demasiado vago y no me gusta leer, entonces decidí dedicarme a cantar y actuar, porque siempre admiré a los Beatles, Chaplin, Buster Keaton y Los Tres Chiflados, por suerte en mi casa, y aunque son muy cerrados, respetaba mis decisiones.

Trabajé de cadete, fui promotor y modelo, pero nunca fui taxi boy, si lo estás pensando.... Estuve seis años divirtiéndome, y salía todas las noches a bailar, pero eso lo hacía porque me sentía solo y aburrido. Pero todo cambió cuando en 1998 me subí por primera vez a un escenario con Despertar de primavera. En ese momento supe lo que quería. En total, participé en 18 obras teatrales…

Fuera del trabajo no hago nada. No me gusta planificar y en cada momento decido lo que quiero hacer. Soy inconstante, odio ser siempre el mismo. Qué más… No me gusta cocinar, ni leer, ni ir al teatro, ni tener compromisos y obligaciones. Adoro a las mujeres porque fui criado por mujeres, soy caballero, delicado, elegante, me cuido a nivel estético, pero no soy tan obsesivo como para considerarme un metrosexual.


Fuente:Revista Gente

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