11 may 2009

LA CAIDA DEL SEÑOR DIEGO GVIRTZ

Como antes se puso el traje de opositor a Torneos y Competencias sólo para ser callado por unos miserables cinco mil pesos a cambio de un trabajo en los ciclos que el denostaba. Cargó y se quiso cargar a varios pesos pesados de la televisión. Distorsionó la realidad a su gusto y conveniencia. Pero un día la suerte lo abandonó, lo que parecía humor inteligente se convirtió en repetitivo y la debacle de los políticos que lo bancaban lo está persiguiendo como una sombra.

El señor Gvirtz ya no es lo que era. Su emblemático TVR hoy es apabullado cada sábado por un más frágil, menos comprometido pero más divertido Zapping. Desde hace un año lo viene limando hasta dejarlo en apenas unos ocho puntos de promedio que lo alejan de sus épocas de gloria.

Nadie comenta al otro día “Viste lo que dijeron en TVR”. Perdieron la gloria y ganaron en pena. Su bajadas de línea son previsibles, como los son también los repetitivos enemigos a destruir. La sorpresa y la genialidad le dieron paso a la torpeza de los informes, ampliada por la falta de gracia de su par de conductores.
Tanto Sebastian Wainrach como Gabriel Schultz podrán colocar en sus curriculums que fueron los que hundieron la gallina de los huevos de oro. Pero no termina allí la caída del señor Gvirtz. Su engendro del mediodía llamado “Duro de almorzar” cada día se convierte en el ciclo menos visto de Canal 13. Sin Petinatto, aquellos panelistas que parecían inteligentes, hoy demuestran lo que verdaderamente son: adoradores de la mediocridad.

El patetismo se hizo evidente, sobre todo, en Fernanda Iglesias y Gustavo Noriega, quienes sin el paraguas protector de Petti evidencian que sus palabras son tan vacías como un discurso de Mariana de Melo. Los números si lo demuestran. Son contadas las veces que llegan a los tres puntos. Una vergüenza que sienten cada día los programadores cuando reciben las planillas.
Hoy el levantamiento es una posibilidad cierta en la mente de los que manejan el canal. Para colmo el pasquín Kirchnerista que titularon “678” en el canal oficial no funciona ni en el rating ni como bajada de línea. Llegar al punto es sinónimo de descorchar champán. Lo pero es que convirtieron en un títere del poder a la buena periodista María Julia Oliván, hoy mutada en vocera del poder político junto a otros impresentables que intentan hilar alguna idea más o menos inteligente.

Tal es el caso de Osvaldo Barone, un tipo inteligente que desde su suave tono de voz se suma a ciertos disparates y echan por tierra todo lo bueno que hizo en su pasado, cada vez más lejano. Lo cierto es que no es el año del señor Gvirtz y se nota cada vez más que su suerte esta anclada a la suerte del poder político. Ni TVR, ni Duro de almorzar ni 678 le funcionan.
Una manera elegante de decir que están fracasando. Ni siquiera logró que el gobierno le pusiera la plata para quedarse con la noche de Canal 9. Fue el fiscal de la tele. Hoy apenas es un pinche. La justicia tarda pero siempre llega.

Fuente: Primicias Ya

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me alegro es una basura este señor, un simple mercenario hipocrita

Anónimo dijo...

Que puedes esperar de este mercenario,quisiera agrgar algo mas pero comprendo muy bien que puedo herir los sentimientos de otras personas, lo tengo en la garganta, mercenenario/s son todos los que arreglan con este hdp.