La falta de espacios para discutir ciertos temas en televisión, desvían los debates hacia los lugares menos pensados. El fútbol, deporte nacional y pasión de multitudes, se discute en los bares, en las oficinas y en la calle. Pero en la pantalla, ante la falta de programas deportivos que tengan el debate como eje y vayan más allá de solamente mostrar imágenes, el lugar para el análisis terminó siendo Intrusos en el espectáculos.
La ya famosa frase que dijo Diego Maradona en la conferencia de prensa tras el partido contra Uruguay, donde insultó a un periodista de América (Toti Pasman), y mandó al grueso del periodismo nacional “a chuparla”, hizo que el ciclo de espectáculos convirtiese su programa en un juicio público contra el DT de la Selección.
Muchos factores se conjugaron para que Intrusos en el espectáculo se transforme en una versión improvisada de Tribuna caliente. A la mencionada falta de programas deportivos, se le suma la imagen súper pública de Maradona, los odios con algunos participantes del programa, los intereses con respecto a la Selección y la nueva dura oposición a la Asociación del Fútbol Argentino. Todo se conjugó para que la tarde de América deje el espectáculo de lado para ocuparse del fútbol.
Todo eso sumado a la carencia de escándalos que sufren estos programas los jueves (ShowMatch no sale los miércoles), da como resultado que a Intrusos en el espectáculo no le costó mucho mutar en un ciclo cuasi deportivo para poder tener un tema de candente actualidad y suficientemente popular como para garantizar un razonable rating.
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