Roberto Piazza aseguró en “Intrusos en el Espectáculo” que no se iba a vivir al exterior porque ama profundamente a la Argentina, pero con un inmenso dolor en su alma y cuerpo dio un consejo “A la gente joven es que se vallan de este país”.El diseñador contó que por la noche se fue a dormir, pero a las 5 de la mañana se despertó con un ruido tremendo dentro de su casa. Cuando bajó, aun medio dormido, se encontró en la planta baja con un delincuente que que le dijo “Quedate quieto, date vuelta o te pongo un fierrazo en la cabeza”.
Esta “Lacra Humana” obligó a Roberto Piazza a subir a su dormitorio, donde lo ató y amenazó con violarlo. Mientras el delincuente llenaba bolsas con dinero, joyas, ropa, zapatos y perfumes entre otras pertenencias, lo manoseaba y le decía que luego de terminar con el robo lo obligaría a que le practique sexo oral y lo violaría.
El malviviente, que según el diseñador no estaba ni borracho ni drogado, sabía perfectamente que estaba agrediendo a Roberto Piazza, así como también de su cruzada contra el abuso infantil, ya que este le habría dicho él también sufrió abusos.
En crisis, Roberto Piazza le pidió varias veces al delincuente que llamara al SAME porque se sentía mal. Estas súplicas habrían despertado a Mario, su socio, quien llamó inmediatamente a Walter Vázquez, su ex pareja, quien llamó al 911.
Rápidamente llegó la policía, el SAME y una psiquiatra, quienes atraparon al delincuente luego de un gran alboroto. Todas las pertenencias del diseñador fueron devueltas por la policía, con excepción de US$ 15.000 que no se sabe si se los llevó un segundo criminal.
Este evento llega a la vida de Roberto Piazza en uno de sus peores momentos personales, dado que su hermano, quien lo habría violado durante su juventud, fue liberado.
En “Infama” Roberto Piazza maldijo a los delincuentes, a los jueces y juezas que no saben hacer su trabajo, a los abogados y a los humanistas que defienden a estos delincuentes.
“Métanselo en el orto los derechos humanos. Son mis derechos humanos, no los de esa lacra” exclamó indignado Roberto Piazza. “Los derechos humanos tienen que ser para los que trabajamos”.
“No me vengan con los derechos humanos, porque si a mi me mataban ahora estarían llorando diciendo «viste lo que le pasó»… lo único que quiero es es vivir en paz y trabajar” continuó.
Según le habrían informado, el criminal vive en el barrio de Núñez de la Capital Federal, y la hermana habría dicho que son tres los que andan robando.
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