15 sept 2009

Ultima entrevista a Jacobo Winograd

Jugoza entrevista a Jacobo Winograd, presenta su libro
¿El libro arranca con había una vez?
No, arranca fuerte, muy fuerte. Cuento una anécdota real que me pinta entero. Una famosa vedette me dio una cachetada y se burló de mí cuando para ella no era nadie. Tuve que esperar 15 años y me costó 45.000 dólares pero me di el gusto de humillarla y vengarme. Lo cuento con lujo de detalles y es para que ya de entrada sepan que yo juego fuerte.

¿El libro está lleno de odios? ¿Cuál es el primero?
Hay muchos odios, mis odios. El libro es ágil y no es una historia correlativa pero el primer odio que aparece en Jacobo coincide con el primer odio de mi vida. El odio por mi madre. La odié mucho.

¿Sos guapo con las mujeres?
No, a muchas mujeres les perdoné la vida en este libro porque son unas pobres desgraciadas. Me meto con los poderosos, con los nombres fuertes de la Argentina, los que me prohibieron en varios restaurantes y boliches donde soy persona no grata, los que me hicieron perder trabajos en televisión, los tratan de voltearme e intentaron mover influencias para que este libro no saliera. Las mujeres que reciben su merecido, como por ejemplo, Susana Giménez son las que han tenido actitudes de mierd… o las que son señoras con los impuestos del pueblo argentino.

¿Sos misógino?
No, judío... Ya sé lo que quiere decir, me lo explicaron, nada que ver. Yo amo a las mujeres... Y cientos de mujeres lo pueden atestiguar, las que amé y a las que les hice ganar dinero. Si ser misógino es perseguir a Flavia Palmiero por su falta de escrúpulos y recibir un contrato mensual de las arcas del pueblo argentino para hacerse la que yo no fui...

¿Siempre les vendiste mujeres a hombres importantes?
No, también a mujeres importantes. Gal Costa me compró una chica para tener y que le hagan sexo oral: esto no es nada, es una elección que aplaudo si es lo que le gusta. Lo que van a saber en el libro es por qué esa transacción amatoria terminó en un gran escándalo.

¿Tomaste de punto a Franco Macri?
No, él nos tomó de punto a nosotros. A su actual pareja se la entregué yo. Es uno de los casos más indignantes de billetera mata galán. Si un tipo con su plata quiere darse el lujo de mantener a chicas que podrían ser sus nietas, todo bien. Pero cuando lo hacen a través de más de veinte estafas que denuncio en el libro, estafas a los argentinos, me pongo loco.
¿No le temés a los poderosos?
Él me quiere ver muerto pero me tiene miedo. Si tengo que escribir todo lo que sé de él necesito dos libros exclusivos. ¿Cómo le voy a tener miedo? A mí en el invierno más crudo, durante la Dictadura, me mojaban con agua helada, me tiraban arriba de una mesada y me ponían la picana en las bolas... Después de eso, ¿a quién o a qué le puedo tener miedo?

¿Estuviste preso una sola vez?
No, dos. Pero la segunda hice un escándalo en un casino para que me arrestaran. Afuera me estaban esperando los capitalistas del juego para matarme. Había una bala y tenía mi nombre. Me hice detener para salvar mi vida.

¿Hiciste mucho dinero con estrellas internacionales?
Sí, pero también me dejaron pérdidas. Elton John me costó dos choferes. Uno todavía debe estar con él en Inglaterra haciéndolo sentar arriba del pinocho.

¿Contás cosas que nunca contaste?
Muchas, no hay manera de contar todo lo que sé, tendría que hacer un libro más grande que la guía telefónica si pongo todo: prioricé cosas fuertes de mi vida y hasta rompí algún código para salvar la memoria de un amigo, como me pasó con Carlos Monzón. Se van a enterar por qué Monzón lloraba en mi hombro dentro de la cárcel.

¿Todo es trágico?
No, hay muchas anécdotas muy divertidas y todo lo que cuento es muy entretenido. Hay historias que son tragicómicas. Cuento con lujo de detalles una orgía que compartí con Ricardo García mucho antes de que conociera a Adriana Aguirre. Ricardo no actuaba cuando veía la valijita con adminículos sexuales de su ex y se largaba a llorar. Tiene razones grandes y duras.

¿Hay muchas revelaciones?
Las suficientes como para sorprender a los lectores. Cuento algunas cosas del Caso Cóppola que jamás dije y por qué al delincuente de Schlagel, el alcahuete de Berlasconi, le dieron en la cárcel una bienvenida muy especial.
¿Por qué nunca te casaste?
Nunca, pero tuve dos noches de boda. Las cuento muy bien en el libro. Dos mujeres, la noche de su casamiento, se le escaparon al flamante marido para acostarse conmigo y después tengo que soportar que me digan Chizito.

¿Te molesta el apodo?
Me molestó porque es mentira pero hice un gran negocio con esa difamación. Nunca se supo cómo hice para ganar 50.000 dólares con el apodo.

¿En el juicio por la muerte de Rodrigo los jueces hicieron hincapié en el tema de tu apodo?
Fue desopilante lo que pasó cuando fui a declarar relacionado a mi apodo pero lo más importante es que con mi declaración salvé a un inocente y limpié la memoria de Rodrigo.

¿Eras amigo de Rodrigo?
Muy... Pero en el libro cuento que cuando nos conocimos nos fuimos a las manos. Otra cosa inédita. Tuvimos un problema indirecto de polleras.

¿Todos son buenos cuando se mueren?
No, son buenos lo que eran buenos y los que eran malas personas como Poli Armentano para mí lo siguen siendo. No lo quería, lo conocía mucho y nunca me gustó. Como con Rodrigo, también nos fuimos a las manos en un boliche. En el libro digo todo lo que pienso de él.

¿Tenés deudas?
Ya no, perdí millones, empresas, propiedades, vehículos, relaciones, perdí todo con el juego, pero pagué. No debo un peso. Tengo deudas de gratitud que pagó todos los días de mi vida recordando a la gente que se portó bien conmigo. Por ejemplo, Carmen Barbieri me daba de comer cuando yo pasaba hambre. De algún modo, le retribuí ese gesto poniendo mi vida de por medio para que el padre no cometiera una locura y terminara preso. Lo van a leer con todos los detalles.
¿Tuviste dudas de poner algo de lo que puso en el libro?
Dudas, sí. Nunca me gustó cometer injusticias y las cosas que me replanteé fueron las que pudieran perjudicar a alguien que no lo merece. Con los hipócritas, con los canallas, con los malos, con esos voy a fondo y no me callo nada. Dudé, por ejemplo, en sí contar o no cómo murió Carlitos Menem Jr. por el respeto que me genera su Madre Coraje. Pero lo hice. Pensé unos minutos antes de dar a conocer los verdaderos motivos de los suicidios de mis amigos Daniel Mendoza y Leonardo Simons. Pero el respeto y amor que les tengo hizo que decidiera homenajear su memoria diciendo la verdad. Como lo hice con la increíble historia de la madre de mi hija, todo lo que nos pasó, todos los escándalos, todas las locuras, todo lo que pasamos hasta hoy. Pero no escatimé detalles y volqué de cabo a rabo una historia con millones por medio, amenazas, pleitos legales, porque mi hija que ya tiene 13 años merece conocer la verdadera relación que me unió a su madre, aquel momento de tormenta y esta calma, de mi propia boca. De mi puño y letra.

Fuente: Primicias Ya

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