
La primera semana fue media cansadora, una mezcla de cansancio y excitación. Pero estoy muy emocionada y llorona, ja, ja, todo junto. Estuvimos una semana en la clínica para que le bajara el valor de la bilirrubina. Pero con un clima de mucho amor y contención. La gente de la Suizo Argentina se portó muy bien, un placer total, no tengo palabras para contar lo que son.
¿Qué cosas cambiaron en tu vida a partir del nacimiento de Antonia?
¡Todo! El corazón me explotó de amor. Estoy conmovida por el milagro de la vida. El parto fue increíble, todo es muy conmovedor, es una experiencia intransferible.
¿Cuánto tiempo te vas a ausentar de la tevé?
Aún no lo sé, supongo que en 20 días volveré, quiero adaptarme y básicamente que Antonia suba de peso. ¡Tete y teta! (Se ríe) Pero extraño el laburo, me gusta trabajar.

Seguramente, ¡sí! Es también como mi segundo hogar, pero no especulo con eso. Al ser como mi casa, ella va a estar ahí y se va a dar.
¿Cómo está Corcho con la beba? ¿Cómo es como padre?
¡Feliz, es un tierno, un divino! En el parto fue una gran contención, una gran ayuda. La contiene en todo momento, la calma, la arropa, es muy lindo verlos interactuar.
¿El Negro Oro será el padrino?
Aún no sé si la vamos a bautizar. Pero de ser así, la madrina va a ser mi hermana Paz y el padrino lo va a elegir el papá.
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