
Tras una jornada que se desarrolló con relativa normalidad, aunque hubo denuncias de irregularidades, y en un clima que combina el optimismo con la cautela y la tensión, comienzan a conocerse los resultados oficiales de la pelea en la provincia de Buenos Aires, eje fundamental de las elecciones legislativas.
El escrutinio en poco más de un tercio de las mesas confirma la ajustada elección que se esperaba en territorio bonaerense y dan una leve ventaja a Francisco De Narváez por sobre Néstor Kirchner. De confirmarse la tendencia, el Gobierno se encamina a perder la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Cerca de las 22, se supo que Daniel Scioli había suspendido una conferencia de prensa que se esperaba en el Hotel Intercontinental, donde se montó el comando oficialista. El dato coincidió con un brusco cambio de ánimo en el búnker, que pasó de los festejos a la preocupación. En este clima, trascendió que el Gobierno habría pedido al correo que se empezaran a ingresar datos de zonas más favorables al oficialismo.

Noche larga. De Narváez fue tan contundente como Fernández, pero para hablar de su propio triunfo. "Estamos ganando en la provincia", exclamó mientras ingresaba en su búnker instalado en Costa Salguero. Poco después de las 21, en una aparición sorpresiva ante sus seguidores, sentenció: "Va a ser una noche larga. Pero no tengo ninguna duda de que, al final de la noche, nos espera el triunfo".
Felipe Solá, en tanto, habló de un "triunfo impresionante en la provincia" y agradeció a los fiscales. "En ellos está depositada la verdad. Militaron muy fuerte (sic) para este triunfo".
Además, aprovechó para fustigar al Gobierno. "Que hayan hablado de una diferencia de seis puntos es absurdo. Nosotros hemos mantenido una actitud prudente", diferenció a los gritos.
En números. En la Cámara baja se ponen en juego 127 bancas, 76 de las cuales corresponden al oficialismo y sus aliados. En el Senado, ocho provincias renovarán a sus representantes, es decir, 24 del total de 72 senadores.

Buenos Aires es el escenario de la pelea más reñida de los últimos seis años: por primera vez desde 2003, y muy lejos del amplio respaldo que el kirchnerismo logró en territorio bonaerense en las legislativas del 2005 con el 43% de los votos, se espera en la provincia una definición cabeza a cabeza.
La provincia es además el distrito donde el oficialismo sufrirá la mayor sangría de bancas. Gane o pierda, a Kirchner le resultará imposible renovar las 20 diputaciones que pone en juego. Aún ganando, es poco probable que coseche más de 14. De Narváez peleará ese mismo número y Stolbizer podría luchar entre 6 o 7 bancas.
"Duplicamos las bancas". Margarita Stolbizer, que, tal como previeron las encuestas, ocupa el tercer lugar, embistió contra Kirchner. "Si alguna vez pasó por la cabeza del ex presidente la idea de plebiscitar su gestión, fracasó el discurso y también esa posibilidad", asrguró poco después de las 23. La primera candidata a diputda del Acuerdo Cívico y Social destacó que ese espacio "duplicó sus bancas" en la provincia de Buenos Aires.
"Estamos ganando en todas las secciones del interior de la provincia y hemos crecido en el conurbano. Los dos aparatos mostraron todo su potencial, su desprejuicio y su falta de límite", embistió en alusión al oficilismo y a Unión Pro.
Las claves del interior. Además de Buenos Aires y la Capital, se espera de Córdoba , Santa Fe , Entre Ríos y La Pampa la mayor sangría de legisladores.

También en Córdoba, donde se impone Luis Juez, están rezagados los candidatos del Gobierno, y en Mendoza el frente que lidera Julio Cobos araña el 50 por ciento de los votos y deja en un lejano segundo lugar a los postulantes que impulsa la Casa Rosada. En Santa Cruz, el kirchnerismo sufrió la primera derrota desde el retorno de la democracia.
El grito de la gente era:
''Se va acabar, se va acabar, la dictadura de los K''