
Tusam se metió ayer al mediodía en una cámara hecha con 200 bloques de hielo que pesan siete toneladas, en la esquina de Diagonal Norte y Cerrito, como homenaje a su padre.
Sus asistentes informaron a radio Continental que el mentalista se encontraba en “buenas condiciones” de salud y que estaba comunicado permanentemente con ellos para el caso de que necesitara algún tipo de auxilio.
Alrededor del cubículo se instalaron pantallas para que los transeúntes puedan observar lo que ocurre en el interior del helado habitáculo.
Sus allegados indicaron además que el hijo del famoso hipnotizador Tusam debió controlar el oxígeno y el ritmo cardíaco para soportar los diez grados bajo cero que había dentro de la cámara de hielo.
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