● En junio del año pasado, se separaron escandalosamente, un mes y medio antes de casarse ● Se dijeron de todo● Nunca más se vieron ● Y rehicieron sus vidas ● Ahora, otra vez solteros, se descubre que volvieron a encontrarse en Milán ● ¿Cómo fue? ¿Qué se dijeron? ¿Hay posibilidad de reconciliación?
No importa todo lo que pasó en el medio. Las personas que aparecieron. Los viajes. Las declaraciones. Las sonrisas. El tiempo y las distancias. Hay seis palabras que todavía resuenan en ese lugar hondo y oscuro donde habita el olvido: "MENOS MAL QUE NO ME CASE". En mayúsculas. Aquella frase de Zaira Nara (23), subida como un grito a su cuenta de Twitter, la madrugada del domingo 12 de junio de 2011, fue la sentencia de muerte para el noviazgo e inminente matrimonio entre la morocha y Diego Forlán (33), el crack uruguayo. Fue la elegía que puso en contexto las últimas imágenes que se habían registrado de la pareja, en Miami, con Zaira llorando y Forlán abatido. El abrupto y sorpresivo final de una relación que se creía sólida, con fecha de casamiento para julio de aquel año. Y la apertura de una incontrolable y despiadada caja de Pandora, que liberó reproches, acusaciones y silencios. Los famosos trapitos al sol se convirtieron en banderas de guerra. Como suele ocurrir en las separaciones, ya sin el filtro que brinda el afecto, para el concepto de unos y otros, el rubio bonachón pasó a ser un infiel irrefrenable, mientras que la dulce morocha, una mujer calculadora que dañaba el desempeño profeponersional del futbolista. Y allí, cuándo no, quien apareció para generar –todavía más– discordia fue la buena de Wanda. Por amor a su hermana, o tal vez por simple aburrimiento, la señora de Maxi López llegó a poner en duda la masculinidad del, por entonces, delantero del Atlético de Madrid.
Leé la nota completa en la revista Paparazzi de esta semana.
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