Los mercaderes del sexo se aprovechan de la pobreza. Ponen afiches callejeros en zonas pobres solicitando chicas jóvenes para llevarlas a trabajar en una whiskería del Sur argentino.Los “empleadores” ofrecen ganancias extraordinarias: “Los pases valen 150 pesos. Son 120 para vos y 30 para la casa”, dice uno de los dueños de este local clandestino.
A una de las chicas que se postula para el puesto, otro integrante de la organización le explica: “150 pesos es el mínimo de la tarifa, pero si vos querés cobrar más es depende la cara del cliente. Un completo las chicas están cobrando 300 o 400 pesos”.
Esta investigación dejará al descubierto cómo se maneja una organización dedicada a la trata de mujeres.
Un adelanto imperdible de lo que se vera hoy a la noche:
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