
Lo cierto es a menos de 24 horas del asalto, Roberto salió al cruce y pidió públicamente la pena de muerte. Sus declaraciones reavivan la polémica que inició durante el verano Susana Giménez, tras el brutal asesinato del florista Gustavo Damián.
“El que mata tiene que morir. Esta lacra humana, como otros tantos otros, deben morir, le guste a quien le guste, al que no le gusta lo que digo que no me mire nunca más”, sentenció Piazza.
Además, el prestigioso diseñador de alta costura dijo que al momento de entregarle a los ladrones sus pertenencias, les envió una maldición: “Los maldije 20 veces y pedí para que la policía los mate. A los 30 minutos habían matado a uno”.
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