22 jul 2009

Rial, Ventura y todo Primicias Ya disparo fuertemente contra Sofovich y su pareja

El “Señor G” debe estar arrepentido de su casamiento. Su joven y bella esposa, apenas se colocó la alianza, se transformó en la patrona de la estancia.

Lejos del bajo perfil que cultivó a lo largo de larguísimo noviazgo, desde que revolvía cupones, la dama decidió hacerse cargo se la situación y acortar la distancia hacia el dinero y el resto de poder que aún le queda al veterano empresario.

Primero hizo despedir sin miramiento a la primera figura de sus espectáculos. La que lo llamaba “Papito” de una forma más que cariñosa. La que lo eligió como el otro hombre de su vida. A la que le prometió la herencia de una de sus obras. Pero para la mujer del Señor G eso era demasiado.

Siempre desconfió de esa relación y, apenas pudo, se abusó de las evidentes debilidades de su marido para obligarlo a echarla. Después fue por la rubia pulposa que viaja en Buquebus. Demasiado cariño, demasiadas concesiones, demasiado apoyo. Otra vez la larga mano de la mujer, del cada vez más debilitado productor, logró su objetivo: la que daba la vida por el veterano también sintió el duro frío del asfalto.

Pero la ambición y el poder que iba tomando la primera dama no se detuvo allí. Su objetivo era mayor: la mano derecha de su esposo. Gonzalo se la veía venir. Por algo ya la llamaban Cristina, en alusión a la presidenta. Lo que nunca se imaginó es que su cabeza rodaría tan rápido. “Papi, ¿no te das cuenta que este tipo ya cambió cuatro veces de auto? Evidentemente te está robando. No podés ser tan bo….”.

Le dijo su mujer mientras él bajaba su atortugada cabeza. Sólo atinó a decir “Sí, mi amor”. Él, que era el dueño de todo y al que nadie se atrevía a mirar a los ojos. Y Gonzalito fue a parar al destierro. Pero su ostracismo duró sólo cuarenta y ocho horas. El tiempo justo y suficiente para que el tipo que más sabe de las finanzas, los negocios y los chanchullos del “Señor G” en los últimos años amenazara con contar todo.

Allí el miedo se hizo cuerpo en el veterano animador. En un agonizante arrebato de aquel poder que tenía, decidió dar marcha atrás y no dejar que sus secretos mejor guardados salieran a la luz. Gonzalo volvió, pero ya nada es lo mismo. El “Señor G” ya no manda. Su mujer tiene la sartén y el mango también. Y su mano derecha ya avisó que la próxima hace explotar la bomba.
Al igual que el imperio ruso, a este de cabotaje le surgió también un Rasputin. ¿La historia terminará igual?

Hoy seguramente Rial seguira contando detalles de este interesante relato. Saldra Sofovich en lo de Canosa a contestarle

1 comentario:

LaNona dijo...

La verdad, es que lo que haga Sofovich con su mujer,es problema de ellos, esto puede ser verdad o mentira, pero viniendo de la porquería de Primicias ya, es mas factible que sea mentira ya que los dueños y quienes escriben en la página son de la mas baja calaña...roñosos, ventajeros, mentirosos...Yo pregunto ¿Por qué Rial en vez de meterse en la vida privada de otros no vigila la suya, así su nujer dejaría de meterle los cuernos,y sus hijas no irçian al psicólogo porque le tienen rechazo y pánico a su querido padre adoptivo....Porque la mujer de Ventura se dedica a tomar,a uno de sus hijos lo tiene dopado y al otro lo rechaza y oculta porquees gay...Antes de mirar y tirar mierda en la vida privada de otros que limpien las toneladas de mierda que tienen en su propia casa.
LaNona